jueves, 15 de diciembre de 2022

  "Mérida como metáfora".

El martes por la tarde, media hora antes de que se iniciara la tertulia sobre Annie Ernaux, María Rodríguez Velasco me envió esta foto de Mérida para decirme que no sabía si podría llegar a la tertulia pues el agua de las tormentas que estos días se han apoderado de este país corría a sus anchas por todas partes. No logró hacerlo y no se despidió con el resto de tertulianos que no viven en Madrid. Ella es una de las causantes de que al final decidiera mantener el formato on line de algunas tertulias. Al día siguiente, en medio de uno de los atascos monumentales que se producen en Madrid, me acordé de la foto, de cuando María me enseñó el teatro romano de Mérida o la vi en una obra escrita por su padre en un teatro de Jarandilla de la Vera. Los actores son una gente especial, distinta, con esa parte de "bohemios románticos", de caminantes en un viaje a ninguna parte, como diría Fernando Fernán Gómez. Ellos os cuentan el viaje de la humanidad que gira sobre el mismo eje, como la historia del mundo que se repite sobre la invención del fuego, el nacimiento el amor y el sexo, las ambiciones políticas y económicas. Y esa irrenunciable necesidad de libertad. Quizá por eso me vino a la cabeza la música de una película de Ridley Scott que tiene varias escenas en Mérida. Y pensé en Grecia y Roma, el Renacimiento y el Romanticismo, en la modernidad y la posmodernidad.
 
Arranqué el coche y me pareció distinguir a una actriz encima de un escenario mientras el parabrisas se movía lentamente de uno a otro lado de la vida:
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario