Ocupa la posición central de la sala mientras observa la llegada de los tertulianos al Café Gijón. Yo digo alguna palabra, se la cedo a su editora, Charo Fierro, que analiza la situación del libro en España, y acto seguido habla ella. Se echa el pelo hacia atrás y nos mira con esa mirada tímida y a la vez segura, y nos habla como si también se dirigiera a su padre, al que no pude conocer. Nos cuenta la primera vez que nos vimos en una Feria del Libro del Retiro de 2014 y cómo aquella tarde se pasó de estación en el Metro leyendo ensimismada una de mis novelas. Y cómo desde entonces fue comentando cada uno de mis "Cuentos de los viernes" en las redes sociales y decidió escribir su ensayo sobre mi obra literaria siguiendo la "Teoría de los mundos posibles" de Dolezel y Albaladejo que apliqué a la literatura de Haruki Murakami, Miguel Veyrat o Manuel Rico. Pues se trataba de referirse a un escritor "posmoderno" como yo, o cualquier otro, influido por las principales corrientes literarias y humanísticas, que, en mi caso, se unen a aspectos matemáticos y científicos. Leyendo al escritor que permita a Almudena Mestre escribir su propio ensayo por mis "pasadizos secretos", recorriendo y penetrando a través de las galerías en las que lo hacen mis personajes, y encontrando en el recorrido los mitos, los símbolos y las imágenes que han marcado mi escritura y modelado mi pensamiento.
Almudena nos invitó a champán y aquello se convirtió en una fiesta de la literatura gracias al cariño de todos los tertulianos.
Aquello fue un poema de amor:
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