martes, 11 de abril de 2023

"La escritora Toni Morrison en las tertulias de Justo Sotelo".

Esta tarde vamos a hablar de una escritora a la que admiro. Quería dedicarle una tertulia literaria desde hace tiempo. La admiro como escritora y como persona. La tertulia será por Zoom, como siempre a las 18.30 (hace muchos años puse esa hora de los martes porque no podía cambiar de día unas clases en la Universidad, y ahí se ha quedado).
 
Nuestra escritora y tertuliana Carmen Sogo se ha preparado una exposición sobre Morrison y en concreto la novela "Ojos azules", su primera novela publicada en 1970. Esta es la historia. Pecola es una niña que vive con sus padres y tiene una prima, Claudia. Le gustan las muñecas y las caléndulas, que no le gustan a nadie salvo a ella. Pecola es negra y cree que es fea porque no se parece a Shirley Temple. Y tiene un truco para desaparecer cuando sus padres se pelean o su padre la molesta por las noches: piensa que tiene unos preciosos ojos azules, que todo el mundo admira su belleza y que las otras niñas la envidian. Pero ese sueño nunca se convertirá en realidad y Pecola seguirá atrapada en la triste vida que le ha tocado en suerte.
 
Y no quiero contar más de la novela. Me gustaría que todo el mundo leyera a esta premio Nobel de literatura que considero a la altura de Joyce, Woolf y Faulkner. Me refiero a "Sula" (1973), "La canción de Salomón" (1977), "La isla de los caballeros" (1981), "Beloved" (1987), "Jazz" (1992), "Paraíso" 1997) o "Amor" (2003). De origen humilde, se licenció en Filología inglesa, después fue profesora de Universidad y editora de Random House de Nueva York, y desde ahí jugó un papel esencial en la difusión de la literatura afroamericana, al editar libros de Henry Dumas, Toni Cade Bambara, Angela Davis y Gayl Jones. 
 
En ese pequeño video de 2019, el año en que murió, se la puede ver:
Hoy la "música" que escucho con el primer café es el principio de "Jazz", una belleza de literatura:
 
"Ssst… yo conozco a esa mujer. Vivía rodeada de pájaros en la avenida Lenox. También conozco a su marido. Se encaprichó de una chiquilla de dieciocho años y le dio uno de esos arrebatos que te calan hasta lo más hondo y que a él le metió dentro tanta pena y tanta felicidad que mató a la muchacha de un tiro sólo para que aquel sentimiento no acabara nunca. Cuando la mujer, que se llama Violet, fue al entierro para ver a la chica y acuchillarle la cara sin vida, la derribaron al suelo y la expulsaron de la iglesia. Entonces echó a correr, en medio de toda aquella nieve, y en cuanto estuvo de vuelta en su apartamento sacó a los pájaros de las jaulas y les abrió las ventanas para que emprendiesen el vuelo o para que se helaran, incluido el loro, que decía: "Te quiero".
 

 

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