He recorrido medio mundo, pero siempre vuelvo a algunos rincones que pertenecen a mi imaginario particular, un lugar lleno de lugares como Taganana, Masca, La Adrada, Portbou, Ribadesella, el Sáhara, Guadalest, Altea, Puskhar, Grange-over-Sands, Saint-Germain-des-Prés, el Albert Hall, Galway, Triestre, Venecia, Manhattan. No sigo, pues llenaría varias páginas con tantos sitios marcados por la suela de mis zapatos. Son las huellas de mis lugares favoritos, la música que me ha acompañado en cada viaje, en cada latido, en mi forma de ver el mundo.
Como esta música, como este río de la fotografía que nos lleva a través de los valles y las vegas, desde su nacimiento hasta su caída en el mar, desde tus labios y tus pechos hasta tus piernas a través de la piel que me arropa.
El agua como tu saliva, como la vida:
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