jueves, 28 de mayo de 2020

"Los jardines de marzo".

Ana Ráez es una modelo y pintora que conocí hace años en esta red social. En 2016 me acerqué a una galería de arte que se encuentra junto a la calle Goya, en Madrid, para ver su obra en directo (también lo hice a una galería de Chamberí). En cierto momento dejé de saber de ella. El otro día escribió lo siguiente: ""Justo Sotelo, te dicen tantas cosas que es difícil no coincidir con otros comentarios. Aprendo tanto contigo que necesito agradecértelo. Entre los primeros valores que me inculcó mi madre está el agradecimiento. Ella decía que es de bien nacidos ser agradecidos. Yo lo soy. El regalo más importante que una persona puede hacerme es darme conocimiento con su conversación, actitud y generosidad. Como fui mamá con 17 años, y siendo de una familia humilde, imaginarás que lo importante fue sobrevivir, incluso con el segundo bebé que vino muy pronto, igual que el final del matrimonio. La vida me dio salud para trabajar y poder ofrecer el mejor patrimonio a mis hijos: preparación y cultura. He decidido volver a FB después de dos años de ausencia por necesidad personal (me retiré también de exponer). Debo reconocer que he sentido alegría al reencontrarme con mis amigos. Surgen lazos en una red social que pueden consolidarse con el conocimiento físico. Justo Sotelo, tú eres uno de esos seres humanos que me alegran nada más ver tu nombre (a pesar de que todavía no hemos hablado). Tus artículos me enseñaron muchas cosas interesantes, tus libros me sorprendieron y fuiste a mis exposiciones para apoyarme, y te lo agradezco. Quizá lo que más me conmueve de ti es tu leal forma de ser, y no solo conmigo. ¡Cómo envidio a tus amigos! Al margen de esta parrafada de elogio, tengo que decir que ser "amig@", o simple conocida, de un tipo así es un gran privilegio".

¿Qué más puede añadir un tipo así? Solo irse a la calle a darse una vuelta. Ayer estuve de charla un rato por la Gran Vía con José Zurriega, que, si no recuerdo mal, también estuvo en la exposición de Ana Ráez en la galería de Chamberí que he mencionado antes. Y escuchar música con los auriculares por la calle, recuperando, por ejemplo, esos "jardines de marzo" que se nos quedaron congelados a todos hace dos meses y medio.

El mundo no se para y yo siento una gran debilidad por ser feliz:

https://www.youtube.com/watch?v=pYy74LNUSNE



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