martes, 28 de julio de 2020

"Crítica y ficción durante un paseo por Madrid".

Durante mi paseo de ayer por la mañana me senté a leer tranquilamente en un Café y leí que "no creo que existan escritores sin teoría, en todo caso la ingenuidad, la espontaneidad y el antiintelectualismo son una teoría que ha servido para arruinar a muchos escritores". Son palabras de Ricardo Piglia, Adrogué, 1941-Buenos Aires, 2017, un escritor argentino culto e inteligente, de la página 10 del libro del que hice esa foto. Piglia también fue un crítico, ensayista y profesor universitario, y estudió en profundidad a escritores de gran interés para mí como son Benjamin, Brecht, Lukács, Auerbach, Bajtín o Tiniánov. Escribió sobre su propia escritura, que está ligada a la crítica, así como ensayos sobre Borges, Sarmiento, Arlt o Macedonio Fernández. En el mismo libro, Piglia dice que Baudelaire fue el primero en asegurar que cada vez era más difícil ser un artista sin ser un crítico, como ocurrió con Pound, Brecht y Valéry. Sin ir más lejos Baudelaire fue un crítico excepcional. Cerré el libro, pagué la cuenta y seguí caminando por la calle Embajadores hacia el Rastro. Me detuve unos instantes frente al teatro Pavón. En este local he visto representar las principales obras del teatro clásico español, como las de Lope de Vega, mientras se reformaba el teatro de la Comedia. Las obras de Lope Vega cambiaron en su tiempo las reglas y la técnica de escribir y hacer teatro, sobre todo a partir de publicar el año 1609 uno de los textos que revolucionaron el panorama teatral y literario del Siglo de Oro: "El arte nuevo de hacer comedias". En este texto de tan solo 380 versos, el escritor indica el nuevo rumbo que, según su concepción poética, debería seguir el teatro español. Y estableció un nuevo género literario radicalmente alejado de la concepción más clásica y tradicional. El mismo Cervantes sabía que Lope le superaba a la hora de mezclar la técnica y la ficción dentro de una obra de teatro.

Seguí caminando. Llegué hasta el teatro de la Comedia. Saqué otra foto porque observé que este teatro volvía a ponerse en marcha a pesar de los virus de la historia. 

Sonreí.


1 comentario:

  1. Ahora mismo estoy con dos libros de Ricardo Menéndez Salmón, en cuanto los termine buscaré a Piglia y me emparé de sus reflexiones.
    Gracias

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