jueves, 23 de julio de 2020

"Me basta así".

Laura Hernández Garvayo, una antigua alumna que fue asesora del Ministro de Medio Ambiente, subió el otro día a Instagram una fotografía con unos apuntes que dicté a su clase hace muchos años: "Mis apuntes de Macro de 1993. Ya entonces @justosotelo nos hablaba de la importancia de incluir el medioambiente en el PIB". No deja de ser sorprendente que los alumnos se sigan acordando de sus profesores y además busquen viejos apuntes o que todavía los conserven. La última vez que la vi fue el año 2016 comiendo en Kontiki (en la primera fotografía y veo que llevaba pajarita), un restaurante navarro al final de Zurbano que se llama en realidad Kontiki Garden Navarra Castellana. Está en frente de los Nuevos Ministerios, cerca del ministerio de Laura, ahí charlé en más de una ocasión con el poeta Ángel González, que vivía en esa zona de Chamberí. Como ocurre tantas veces, la anécdota de Instagram me lleva a recordar a un poeta por el que siento afecto y que leí con detalle cuando formé parte de un tribunal de tesis sobre su obra en la Complutense. 

A más de un poeta le he escuchado decir que le habría gustado escribir el poema de amor "Me basta así", pero la lástima es que Ángel González se le adelantó. 

"Me basta así".

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,


si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando luego callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).


(De "Palabra sobre palabra", 1965).

Es hermosa esta versión con la voz de Ángel González y la voz y la guitarra de Pedra Guerra:

https://www.youtube.com/watch?v=UeliUuFluIo



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