Ayer estuve paseando por el jardín que separa las facultades de
Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de la de Derecho. En
verano apenas hay gente y se puede leer, tranquilamente, sentado en un
banco de piedra. Es como encontrarse en el campo, pero los elementos de
la Naturaleza se transforman en otro tipo de cosas y otro tipo de seres.
Te sitúas al lado de algunos de los libros, los filósofos y los filólogos
que han hecho posible la historia del conocimiento. En cierto momento
observé a un pájaro blanco y negro situado en el borde de una papelera.
Es como si pretendiera hacerme compañía. Al cabo de un rato el pájaro se
giró, me miró y echó a volar, pero no se fue muy lejos, solo a unos
metros de la estatua del poeta persa Omar Kayyam. Le dio dos o tres
vueltas y aproveché para sacarle una foto. Pensé entonces en los
"Rubaiyat" del poeta, que tienen 1000 años de antigüedad y constituyen
una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que
remiten a la celebración del vino y del goce del instante, frente a la
finitud de la vida. Busqué en Youtube un video sobre algunos de estos
poemas:
https://www.youtube.com/watch?v=P18DNQr7Ehc
Cuando me iba a ir, se me acercó el pájaro y me dijo que el poeta romántico John Keats tenía una oda a su hermano el ruiseñor que tal vez hablara de lo mismo:
https://www.youtube.com/watch?v=4fMJzCzuqFg
Cerré el libro que había estado leyendo durante las últimas dos horas y me fui caminando hacia Argüelles. En casa me esperaba la mesa puesta con una copa de vino.
Cuando me iba a ir, se me acercó el pájaro y me dijo que el poeta romántico John Keats tenía una oda a su hermano el ruiseñor que tal vez hablara de lo mismo:
https://www.youtube.com/watch?v=4fMJzCzuqFg
Cerré el libro que había estado leyendo durante las últimas dos horas y me fui caminando hacia Argüelles. En casa me esperaba la mesa puesta con una copa de vino.
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