jueves, 6 de agosto de 2020

"Testamento de juventud", de Vera Brittain.

Virginia Woolf, una de mis escritoras favoritas y que más me ha enseñado en esto de la literatura, no dejó de leer este libro hasta terminarlo, incluso durante noches enteras, como dice en sus diarios.

A mi hijo también le tiene enganchado. Los jóvenes leen, si queremos sus padres.

"Testamento de juventud" es un clásico de la literatura feminista, publicado en 1933 en Gran Bretaña, y que no ha aparecido en español hasta el 2019 a pesar de que en su país no ha dejado de reeditarse en estos años, y se han hecho películas y series de TV. Vera Brittain (Newcastle-under-Lyme, 1893 - Wimbledon, 1970) fue una mujer muy inteligente, pacifista y feminista que había escrito cinco pequeñas novelas a los 11 años (en eso me gana porque yo tan solo había escrito dos). Aparte de decir que en su familia se valoraba más el dinero que la cultura, su rebeldía se observa en el hecho de sentirse mal en un colegio de niñas; su hermano Edward recibía mejor educación en el de chicos. En esa época las chicas eran "chicas florero", añadirá Vera en cierto momento, y para eso la estaban educando en casa y el colegio, algo que yo he visto que ha ocurrido muchas décadas después, cuando en las familias con hijos e hijas solo estudiaban carrera los hijos. Estudió literatura en la Universidad de Oxford, aunque sabía que su formación no era la más adecuada, con bastantes deficiencias, sobre todo en el conocimiento del latín. Además tuvo que retrasar su formación para trabajar de enfermera en la I Guerra Mundial. En 1923 publicó su primera novela (ya era conocida, en ciertos círculos como poeta), "The Dark Tide". El reconocimiento público le llegó 10 años después con este "Testamento de juventud", donde cuenta cómo perdió a su hermano, a su prometido y a amigos íntimos en la guerra. Y este es uno de los aspectos que más me han interesado del libro, ya que no hay demasiados ejemplos que hablen de una guerra cuyo centenario se ha celebrado a finales de 2018. 

Seguramente, yo haya tardado más tiempo que Woolf en leerlo, pero me ha ocurrido como a ella. Por otra parte, no se me iba "Una habitación propia" de la cabeza mientras lo leía. Hay algo muy "british" en este tipo de libros, muy del "grupo de Bloomsbury" que me siempre me ha atraído.

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