Me gusta leer buena literatura y que también lo hagan mis amigos. Y eso
es lo que está haciendo ahora la actriz, psicóloga y profesora María
Rodríguez Velasco, que lee "Ojos azules", de Tony Morrison. El curso
pasado María ya se incorporó a la tertulia del Café Gijón. En la última
hablamos de Morrison, una escritora que valoro tanto por su proximidad
técnica a Joyce, Faulkner, Woolf, Huxley o Dos Passos, como por
tener cosas que contar. Sus mundos son diferentes, pero cuando pienso
en ella también me vienen a la cabeza escritores como Pynchon, DeLillo o
Coetzee. Recibió el Nobel de literatura en el año 1993 y falleció en
agosto de 2019. María lleva escribiendo toda la vida un libro de relatos
que todavía no se ha decidido a publicar, y acaba de terminar el
borrador de su primera novela, en la que ha trabajado los meses de
confinamiento.
"Ojos
azules" (1970) se desarrolla en una pequeña población del estado de
Ohio, en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Pecola Breedlove es
una niña de color, de unos once años, inocente e ingenua, pobre y fea,
que anhela tener los ojos azules para sentirse bella y querida como su
admirada Shirley Temple. Y recurrirá a Shoaped Church, un santón y
curandero que le convencerá de que sus ojos se han vuelto azules. Es
decir, se parte de la realidad de la niña para tratar temas como el
concepto de belleza impuesto, la voz femenina o una infancia rota. El
debut de Morrison en la literatura (ya era profesora en la Universidad)
no pudo ser más afortunado. Por su parte, María no ha querido contarme
la trama de su novela; lo único que sé es que yo aparezco en ella. A sus
36 años es de las escritoras más prometedoras que conozco. Su prosa es
profunda, tan sutil y compleja como pueda ser la de Morrison. Será un
placer leer su libro y buscarme en el texto porque ella también tiene
muchas cosas que contar.
Me tomo el primer café de esta mañana de verano y pienso que la literatura nunca dejará de ser una fiesta.
Me tomo el primer café de esta mañana de verano y pienso que la literatura nunca dejará de ser una fiesta.
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