¿Conocéis este verbo? Lo aprendí ayer mientras
escuchaba otro estupendo programa de Radio Clásica, "Atriles entre los
árboles", de 10 a 11. Yo subía y bajaba montañas en el coche, tras
escuchar la Sexta Sinfonía de Mahler a todo volumen, como si la
Naturaleza y yo fuésemos Uno, y encendí la radio. Se referían a un libro
de Joaquín Araújo, donde asegura que él aprendió esa palabra de un
pastor extremeño que murió sin haber usado nunca el dinero. Es un verbo
de origen extremeño que significa acoger, agradar, tranquilizar y también enamorarse, prendarse.
Joaquín Araújo es un naturalista y escritor, realizador de programas de
TV como "El arca de Noé" y asesor de los míticos episodios de Félix
Rodríguez de la Fuente. Me lo presentó hace bastantes años Pedro Costa
Morata, un ingeniero que es Premio Nacional de Medio Ambiente, coautor
conmigo de un libro sobre este tema e hijo adoptivo de Águilas (Murcia),
un lugar donde se dejó la piel por salvar el Mediterráneo de la
especulación y el mal gusto. Vive desde hace mucho tiempo en una finca
cercana a Navatrasierra, en la comarca extremeña de Las Villuercas,
donde practica la llamada agricultura ecológica. De lo que se siente más
orgulloso es de haber plantado árboles toda su vida, unos 25000. Para
él todo profesor o profesora no deja de ser hijo de un libro. ¿De quién
son hijos los libros?, se preguntó una vez delante de unos alumnos. "Los
libros son hijos del bosque y por eso los estudiantes tenéis como
abuelo al bosque", les señaló. ¿Quién ha publicado todos los libros del
mundo?, les preguntó. "No es la editorial con un nombre definido, ni un
grupo empresarial. Quien realmente ha publicado todos los libros de la
historia del mundo es el bosque".
Detuve el coche e hice una fotografía al bosque que me rodeaba. Después de todo a mí también me "atalantan" las palabras, por eso las colecciono. Y los momentos.
Como dijo Dersu Uzala, el entrañable personaje de la película de Kurosawa, todo es gente, el árbol, el fuego, el viento, el agua, el amor.
Detuve el coche e hice una fotografía al bosque que me rodeaba. Después de todo a mí también me "atalantan" las palabras, por eso las colecciono. Y los momentos.
Como dijo Dersu Uzala, el entrañable personaje de la película de Kurosawa, todo es gente, el árbol, el fuego, el viento, el agua, el amor.
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