sábado, 5 de diciembre de 2020

"Continuidad de los parques en una fría mañana de otoño".

En el principio fue ella. El taxi amarillo sale de una película de los 60 y se detiene frente al escaparate. Ella abre la bolsa de papel y saca el café y el cruasán, ese bollo de Proust a la manera de los sueños, como cuando llegó a París y se bajó en el Metro del Musée d'Orsay, aunque ahora sea en la 5ª Avenida de New York y antes fuera en la buhardilla del centro de Madrid, y lo sumerge en el líquido como si toda la vida hubiera interpretado ese papel. Un día me hablaron de un hombre que siempre escuchaba el mismo disco de vinilo cuando llegaba a casa después de trabajar. En ese instante del atardecer en el que la aguja se dirigía, inexorablemente, hacia el previsible final, fruncía el ceño, se levantaba del sillón donde leía el libro, siempre el mismo libro, al igual que el personaje de Cortázar, y la situaba en el principio. El tiempo desaparecía y solo permanecía el espacio en el alféizar de la ventana, con una guitarra que parecía tocar una triste canción. Ayer por la tarde yo también quise saber lo que sentía ese hombre cada día, y busqué el disco que me regalaron una Navidad, cuando no había necesidad de máscaras. Me senté en el sillón con un libro en la mano donde alguien mataba a un tipo que cambiaba de discos continuamente, y me levanté cada media hora para volver a situar la aguja del tocadiscos en el principio.
 
El gato maulló.
 
Supe que al final de la película también estabas tú, siempre lo había sabido, como Truman Capote y Julio Cortázar. No era una novela, sino la novela, y no era ella, sino tú, y empezaba la película, nuestra película:
 
What do you want to do ?
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1 comentario:

  1. "La revolución de la escritura".

    Cuando escribo, releo mi texto, reviso, corrijo las faltas de ortografía.
    Cuando escribo, reviso los acentos y las comas para que el texto sea legible en mi idioma y el lector lo interprete como deseo.
    Cuando escribo, evito los gerundios para no cometer errores en el relato de los hechos posteriores a la acción del verbo principal.
    Cuando escribo, amplío mi vocabulario y evito los adjetivos innecesarios que provoquen ornamentación y barroquismo en el texto.
    Cuando escribo, intento no escoger palabras extrañas y difíciles para el lector.
    Cuando escribo, releo mi texto y corrijo las sustituciones, las tachaduras o las vacilaciones (las sustitutivas y metafóricas para reemplazar el signo escrito por otro).
    Cuando escribo, reviso las omisiones, las supresiones o correcciones de sintagmas que afectan a la cadena mi mensaje.
    Cuando escribo un texto, leo, releo, corrijo para ser más crítica con mi texto y mejorar el estilo dentro de la escritura y mi nivel de conocimiento lingüístico.
    Solo escribo después de haber leído porque esa lectura seguramente habrá aportado algo a mi estilo y, por tanto, todo aprendizaje supone una consolidación y mejora de destrezas en este caso, del lenguaje.
    Cuando escribo comprendo que el lector forma una tríada conmigo y con el texto. Sin duda, me influye saber a quién va dirigido y cómo debo expresarlo.
    Cuando escribo espero casi siempre que me lea y me corrija mi Maestro Justo Sotelo y opine sobre el texto, lo critique o lo aplauda. Gracias escritor.

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