lunes, 21 de diciembre de 2020

"Un domingo de Navidad en familia".

En España existen dos monumentos que siempre me han atraído, el Monasterio de San Lorenzo del Escorial y la Alhambra de Granada. Esta última muestra la sensualidad de una época muy especial de la cultura árabe, llena de color, de agua, de música, de fragancias y de juegos. Siempre que puedo me acerco a Granada y me quedo en el pequeño hotel junto al río Darro, para subir pronto la cuesta hacia la Alhambra. También me gusta cruzar enfrente y cenar en el Albaicín. El Escorial queda más cerca y voy a menudo a pasear por sus calles adoquinadas. De su monasterio admiro la gravedad inherente de la cultura castellana y cristiana, su austeridad y el equilibrio perfecto de sus proporciones, acompañado por el frío de la sierra de Madrid. Ayer por la mañana saqué varias fotos mientras escuchaba en Radio Clásica el concierto de Navidad retransmitido por "Euroradio" en el Barbican Hall de Londres, un lugar donde se concentra buena parte de la cultura de la ciudad y que siempre me pareció curioso desde que lo vi por primera vez al poco de su inauguración. Ahora vuelvo a escuchar el podcast del concierto (comienza en el minuto 8.40), mientras me tomo un café:  

https://www.rtve.es/alacarta/audios/fila-cero/barbican-hall-londres-20-12-20/5742838/

Hay que reconocer que la vida está llena de belleza. Ayer domingo compartí el último artículo académico que se ha escrito sobre una de mis novelas. Los comentarios que recibió fueron tan deliciosos y educados como siempre. Me detengo en el del poeta de Zaragoza Miguel Ángel Yusta, que desde este curso también nos acompaña en la tertulia "on line" del Café Gijón. "Veinticinco años de una obra ya clásica... Ante las listas prefabricadas y subvencionadas, falsas, de tantos "libros más vendidos del año" estar aquí contigo, cercano, literato, cierto, y disfrutar cada día de tu escritura y tu acogida, es un regalo. Te leeré y soñaré; leeré ese trabajo del profesor Toumba despacio, reescucharé a Vivaldi y pensaré en lo hermoso de poder aprender de quien, con generosidad, disfruta enseñando. Y aclaro para aviso de caminantes, con modestia pero con firmeza, que tengo edad, "pensión" y biografía para no decir halagos gratuitos". 

Siempre he sabido que disfrutar de la belleza, como de la felicidad, también es gratis. 

Por la tarde escuché lo del confinamiento de Londres, pero nadie ni nada nos podrá quitar este "Adeste Fideles" con el que terminó el concierto de Navidad en plena City:

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