jueves, 14 de enero de 2021

"¿Escribes porque eres feliz o eres feliz porque escribes? That´s the question".

Es una pregunta de la escritora y editora Ana María López Martín, que estuvo en la última tertulia sobre la relación entre literatura y psicología. Como al final se nos hizo tarde, dejé sin contestar la pregunta en la tertulia. Se escribieron más opiniones al respecto en este muro. Aquí todas las personas que intervienen escriben cosas interesantes que me aportan ideas.
 
La primera vez que comenté en esta red social que escribo porque soy feliz fue en un post con esta fotografía de hace unos años en el Pico del Inglés, en el Monte de las Mercedes del norte de Tenerife. Es un lugar que se encuentra cerca de La Laguna, una ciudad con un estilo colonial de película como "La misión". Allí surge un bosque de laurisilva de la época terciaria, con la vegetación virgen que se empapa del mar de nubes que reposa en las Mercedes todo el año. Puedes adentrarte en el bosque y terminar en Taganana (un pueblo blanco con una bella playa que he poetizado en mi próxima novela) y detenerte en alguno de los restaurantes de la zona donde sirven una carne de cabra y un puchero canario deliciosos, sin olvidar el vino del país. El Pijaral es uno de los espacios naturales protegidos con mayor diversidad de helechos. Uno de ellos le otorga el nombre a la reserva (Woodwardia radicans) y hasta puede alcanzar los tres metros de longitud. Hemos entrado en un bosque encantado, lleno de laureles, naranjeros salvajes, tejos, acebiños, barbuzanos, tilos, sauces canarios, sanguinos, viñátigos, fayas, brezos. Abundan los hongos, musgos y líquenes. El roque Anambro es una aguja de casi mil metros de altura desde el nivel del mar correspondiente a una antigua chimenea volcánica que la erosión ha moldeado durante millones de años. Cuenta la leyenda que el mencey Beneharo, uno de los nueve reyes de la isla durante la época prehispánica, saltó al vacío desde ese roque para huir de los conquistadores españoles. Cayó sobre un acebiño, y lo impregnó de sangre; este es el motivo de que sus frutos sean de color rojo.
En literatura o en cualquier otra manifestación artística y científica, lo importante es la obra. A eso me refiero cuando digo que escribo porque soy feliz. Lo de menos es si yo soy feliz o no, o si lo fueron Homero, Dante, Shakespeare, Cervantes, Rousseau, Galdós, Proust o Joyce, porque lo importante es el texto. 
 
Y por eso el texto de este post me lleva a esta música. Como me dijo el otro día mi hijo, "papá, a ti lo que te pasa es que eres feliz":
 
 

 
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