Cuando era niño me gustaban los juguetes, como a todos los niños. Poco a poco las espadas, las pistolas, los Juegos Reunidos Geyper, de magia y el Scalextric se fueron transformando en libros y discos. Sin contar los regalos familiares, los Reyes Magos han continuado siendo generosos y han dejado los libros de muchos amigos. Luisa Horno Delgado es una escritora y bibliotecaria de Zaragoza, amiga desde hace tiempo en esta red social. Los reyes me han traído dos libros de su padre, Luis Horno Liria (Zaragoza, 1915-2004), crítico literario y escritor. Estudió Derecho en la Universidad de Zaragoza y fue director de la UNED, profesor de Derecho Canónico, secretario del Canal Imperial y presidente del Ateneo. Ayer por la tarde estuve ojeando las dos joyas bibliográficas que llegaron a casa, dedicadas, básicamente, a su ciudad. Poco más puedo decir a estas alturas de Charo Alonso Panero que no haya dicho ya, de ella y de los Panero. Ayer también los reyes tocaron al portero automático para dejar una de sus bellas acuarelas y el libro de su marido Javier de la Rosa, "Galdós enamorado". Espero que este año presente en la tertulia su último libro sobre Napoleón, y aprovecharé para preguntarle sobre Galdós. Hace unos días llegó desde Jaén el último libro de relatos de Andrés Ortiz Tafur "El agua del buitre", del que hablaremos en la tertulia a finales de mes. Y desde Sevilla lo hizo un libro de poemas de la profesora Reyes García-Doncel, "Eva mitocondrial", de la que ya he presentado dos novelas. Faltan más libros en la foto, como un diccionario en valenciano del poeta Pepe Adsuar Soto, donde aparece un fragmento de una de mis novelas, que viene camino de Alicante, y el último libro de poemas de Fernando Vallejo, que necesita de un café de Almudena Mestre para que llegue a mis manos. También ha entrado por la puerta de casa una conversación sobre música entre Haruki Murakami y uno de los grandes directores del siglo XX, Seiji Ozawa, una agradable sorpresa.
Y pronto llegará mi última novela, que se llamará "Poeta en Madrid", y está a punto de salir, pero esa es otra historia.
Hablando de poetas en Madrid, me tomo un café y escucho una de las primeras obras que me trajeron los reyes a casa cuando era un niño, la obertura "Poeta y aldeano", de Franz von Suppé, que se escuchó en el concierto de Año Nuevo desde Viena. No sé si todos los padres son conscientes, pero los niños están hambrientos de amor y belleza:
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