miércoles, 21 de julio de 2021

"Cuando Hitler robó el conejo rosa".

Lo mío es una continua historia de amor entre el cine y la literatura, con música de fondo y a veces en primer plano. En realidad, mi vida es una historia de amor que tú contemplas en primer plano, en esa butaca de color rojo de la sexta o séptima fila, al lado del pasillo, en el centro de la ciudad.
 
Sé que la escritora Judith Kerr (Berlín, 1923 - Londres, 2019) había publicado libros de literatura juvenil, y había muerto recientemente. Hace unos días la conocí un poco mejor gracias a la película que la directora alemana Caroline Link ha rodado en 2020 sobre el primer volumen de su trilogía "Out of Hitler Time". Ya me había gustado su película del año 2001 "En un lugar de África", con una temática muy similar, la historia de una familia judía que debe emigrar a Kenia en la Segunda Guerra Mundial con el fin de huir de la persecución de los nazis. Al día siguiente de ver la película fui a la Casa del Libro de la Gran Vía y compré el libro, que leí en dos tardes. 
 
Ahora ha empezado a leerlo mi hijo. 
 
Esta nueva película adapta la historia semi autobiográfica de Judith Kerr, cuando con sus padres y su hermano deben emigrar a Suiza y después a París y Londres huyendo del ascenso de Hitler, por ser judíos y porque el padre fue un periodista y dramaturgo crítico con el régimen fascista (su madre fue compositora de ópera). Volvió a Berlín, contra su voluntad, en la posguerra para ayudar a su madre, que había intentado suicidarse debido a la presión nazi. Ella trabajó para la Cruz Roja durante la guerra y logró una beca en la Escuela de Artes y Oficios. Allí conoció a su marido, el escritor manés Nigel Kneale, que le animó a conseguir un puesto de guionista en la BBC. Comenzó a escribir cuando sus dos hijos aprendían a leer, y publicó su primer libro a los 45 años. Cuando su hijo tenía ocho años vio la película "Sonrisas y lágrimas" y dijo a su madre: "Ahora ya sabemos cómo eran las cosas cuando mamá era pequeña". Entonces Judith quiso que conociera cómo fueron realmente las cosas y se puso a escribir. 
 
Me tomo el primer café de esta bonita mañana de verano y me voy al lugar donde el hijo de Judith situó la infancia de su madre:
 
Escribir, para mí, siempre es una historia de amor que tú no vas a dejar de leer.
 

 

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