"Entonces ocurrió que mi poeta madrileño se fue a la Feria del Libro de la Semana Negra de Gijón en compañía de otros amigos de la editorial Huso, de la mano de Mayda Bustamante".
Me paso mi vida escribiéndola como si toda ella fuera una novela o una película. Por eso hoy pensaba contar un bonito sábado de calor en Madrid, que empezó en el Reina Sofía, continuó con un café con hielo en la Plaza Santa Ana, siguió a través de un paseo por la Gran Vía donde yo no dejé de hablar por los codos, algo muy habitual en mí, ya que antes de escribir me voy contando en voz alta mi propia vida. Mi acompañante y yo nos detuvimos en el Teatro Gran Vía, ya que ella deseaba sacar unas entradas para ver "El lago de los cines" que ha traído a Madrid el Ballet de San Petersburgo, la historia de la princesa Odette convertida en cisne por el día y que vive en un lago formado por las lágrimas de sus padres. Sin embargo, entro en esta red social y me encuentro esta foto de la caseta de la editorial Huso en la Feria del Libro de Gijón donde observo en la parte de arriba a mi "Poeta en Madrid", recostado tan a gusto sobre un libro de 2017 dedicado al centenario del nacimiento de Juan Rulfo, y he cambiado de opinión. "Pedro Páramo" es la "esencia" de la novela del siglo XX en castellano, un auténtico milagro de la literatura, y por eso mismo me parece bien que mi novela, publicada más de 60 años después, se recueste en ella. Y cuando escribo "esencia" no solo me refiero a que es pura prosa poética, sino al hecho de que Rulfo prescindió de los dos tercios del manuscrito y lo dejó en 120 páginas.
Mientras apuro la taza de café, pienso que todos deberíamos visitar Comala en algún momento de nuestras vidas, y escuchar la música de Chaikovski:
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