domingo, 4 de julio de 2021

"Las afinidades electivas".

Es una de las grandes novelas de Goethe, publicada en 1809. Los personajes principales son Eduard, Charlotte, Ottilie y el Capitán, viejo amigo de Eduard. El matrimonio formado por los dos primeros se tambalea ante la llegada de Ottilie, joven protegida de Charlotte. La lealtad, la fidelidad, las afinidades, el amor y el deseo se mezclan en una trama que se basa en un concepto clásico de la Alquimia, la Química y la Biología para examinar las relaciones humanas, el de "afinidad electiva". Para el Capitán solo se puede entender lo ajeno al haber entendido aquello con lo que eres afín. Eduard y Ottilie se enamoran y sabrán que sin el amor no existe plenitud. Él se va a la guerra porque no puede corresponder a Ottilie, y esta debe volver a su vida cotidiana y mediocre. Con Eduard hasta era capaz de tocar un instrumento de cuerda, incluso de convertirse en una escritora. Es como si Goethe nos dijera entonces que el "yo" se libera con su "otro", que lo complementa como parte de sí. 
 
"Una vida sin amor, sin la proximidad del amado,
es solo una comédie à troir, una mala pieza de cajones.
Se saca uno tras otro y se vuelve a meter para pasar
en seguida al siguiente".
 
(Tomando un café cerca del Escorial con la arquitecta María José Muñoz Spínola. Se ha incorporado este año a la tertulia on line del Café Gijón, y aún no nos conocíamos en persona. Terminamos la charla hablando de Goethe).
 
Ahora me tomo el primer café de la mañana yéndome a una iglesia de Leipzig para escuchar una de las músicas que más escucho de Beethoven, basada en una obra de teatro de Goethe. ¿Qué tendrán dos de los mayores genios de la historia de la humanidad? ¿Qué tendrá una hermosa mañana de verano bajo el cielo azul de Madrid?
 

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