En cuanto termine el primer café de la mañana, me voy a ir a pasear por uno de los sitios que más me gustan de este mundo, el Museo Reina Sofía, para encontrarme con una exposición dedicada al arte sonoro de José Val del Omar (Granada, 1904 - Madrid, 1982), aquel "creyente del cine'' contemporáneo y camarada de Lorca, Cernuda, Zambrano, Renau y otros nombres de una Edad de Plata de nuestra cultura truncada por la Guerra Civil. Val del Omar estudió en París y vivió en Madrid, y en 1928 anticipó ya sus técnicas características, como es el ''desbordamiento apanorámico de la imagen'' -fuera de los límites de la pantalla-, la ''visión táctil'' y el "sonido diafónico". Su obra más importante es el "Tríptico Elemental de España", con el "Aguaespejo granadino» (1953–55), "Fuego en Castilla" (1958-60) y el "Acariño galaico" (1961-1995), acabado póstumamente. Dentro de un rato pienso encontrarme con una obra del año 1949, el "Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar", desarrollada por el Niño de Elche, un músico especializado en música flamenca que mezcla con el jazz y la música electrónica. Es una instalación con voces, músicas y ruidos diversos, a partir de 14 altavoces, que anticipa lo que en los años 60 del siglo pasado se empezará a llamar "arte sonoro". Me interesa reflexionar sobre todo esto a la vez que observo, miro, veo y escucho. Soy progresista, creo en el progreso y en los hombres y mujeres que me acompañan en este camino. Para esto escribo, en definitiva, para contar cómo evoluciona el mundo que conozco.
Este es el "Aguaespejo granadino", un corto ensayo audiovisual de plástica lírica, que siempre me ha recordado "Un perro andaluz" de Buñuel y Dalí.
Como se dice al principio, el que más da es el que más tiene:
descubri este blog hace poco buscando una frase de Wong Kar-Wai y encontré todo lo que quería leer sobre cine, música, literatura, arte en general, Madrid. Soy fan. Saludos desde Buenos Aires !
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