jueves, 8 de julio de 2021

"Canción de Orfeo" (a Justo Sotelo).

Anoche me dormí tras releer un precioso libro de poemas. A lo largo de mi vida me han regalado muchas cosas, como a todo el mundo, desde retratos, canciones, poemas, flores y hasta besos, esto es lo que más me han regalado. En realidad los triunfos profesionales no tienen mayor importancia, como no la tienen el dinero y el poder; si se la concedemos es para justificar nuestra mediocre existencia. La riqueza es otra cosa, por ejemplo, que te regalen un poema como el que me escribió la artista alicantina Gabriela Amorós Seller. No me importa admitir que valoro la excelencia, la belleza, la espiritualidad, todo lo que intenta trascender, algo evidente en un poema de ritmo preciso, tan posmoderno como a mí me gusta, repleto de metáforas e imágenes que lo acercan a los símbolos (después de ser signos) que son mitos clásicos y modernos, de Orfeo y Eurídice, de Píramo y Tisbe, de Tristán e Isolda. Observo el drama celta en su bellísimo dibujo, donde el signo y el símbolo se funden con profundidad y elegancia.
"eres solo un ala,
ya no tienes nada que levantar
 
te quiso la flecha te quiso el viento
¿te acuerdas?
tu pecho la extraña canción
del peligro
¿lo oíste?
la noche en su roca
las espinas con melancolía
¿las besaste?
tu latido iba haciendo un barro
las caderas de los pájaros caían
el cuerpo de la luz tejía una criatura
tú un loco esperándote allá afuera
¿te sentaste al borde de ti?
¿te viste? ¿te perdiste?
¿te desnudaste la boca?
¿te abrasaste en las ventanas?
tu pecho se murió se cantó
se soñó en maneras de soñarse
se levantó,
cresta prohibida
sin hombros, sin materia.
 
eres solo un ala
ya no tienes nada que levantar
pero sabes ser de ala.
mirala allá,
un ala sola,
es el otro".
 
"El estuario rojo" (Izana, 2017). El dibujo se llama "La lágrima de lo infinito", que sirvió de portada a su primer libro, "La fragua cero" (2014), que también me dedicó.
 
Y este es el poema recitado por Gabriela:
 

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