viernes, 10 de septiembre de 2021

"Mientras haya poetas, habrá canciones que componer".

Ayer conté a mis alumnos de un Máster que cuando me aburro en Madrid me subo a un avión y me voy a dar una vuelta por el centro bohemio de París. Cogí esta costumbre en mi época de bróker. En los últimos meses estaba recibiendo una bonificación en forma de acciones de mi banco y un día se me ocurrió mirar la cantidad que había acumulado. Cuál no sería mi sorpresa cuando comprobé que eran 666. Las vendí en seguida, claro, y me fui a comprar libros a "Shakespeare and Co", la librería de la foto, y después a cenar una fondí en un restaurante de Saint Michael.

Ya que hablo de París qué mejor que tomarse el primer café de esta mañana con una romántica y hermosa canción de Francis Poulenc (París, 1899-1963), que escuché hace unos días en un programa de Radio Clásica dedicado a los "poemas de viaje" mientras me daba un bonito paseo en el coche por ahí. Se basa en un poema de Jean Anouilh (Burdeos, 1910- Lausana, 1987). Si Anouilh es el escritor de la obra de teatro "Antígona", uno de los más célebres mitos griegos, Poulenc lo es de los "Diálogos de carmelitas", una ópera impactante que escuché hace un tiempo en el Teatro Real, y me dejó pegado a la butaca varios minutos con aquellas monjas guillotinadas por la Revolución francesa. Poulenc escribió "Los caminos del amor" para la cantante Ivonne Printemps, actriz e interprete de operetas. Aquí no hay atonalismo sino una bella melodía romántica y lánguida con un significado del amor doliente y dramático que evoca los tiempos pasados. Y no es que sintiera un interés especial por esta cantante, ya que algunos críticos consideran a Poulenc el primer compositor abiertamente homosexual de la historia. En realidad, como aseguró el propio compositor, "mientras haya poetas, habrá canciones que componer",
 
Y después está Jessie Norman, una soprano con un voz bellísima, como la vida, como París, como tú, que me sacaste esa foto:
 

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