Ayer me encontré esta foto en esta red social. La puso la ejecutiva madrileña Marisa Corrales Ruyra, que escribió lo siguiente:
"Por contrariedades domésticas no he podido ir a la feria del libro este año, pero ya me ha llegado el pedido de lecturas para este otoño. Aviso a mis queridos amigos Justo Sotelo y José Luis Gracia Mosteo; encontraré el momento para que me firméis en cualquier página".
Mientras me tomo el primer café de una mañana de otoño que aún parece primavera, y antes de irme a dar clase, pienso en una forma sencilla para agradecer este bonito gesto. Sé que la ciudad de las estrellas es los Ángeles, y Madrid solo tiene unas cuantas estrellas en el suelo de la calle Martín de los Heros, a la altura de los cines Golem y Renoir. Siempre he pisado esta acera para ver películas y comer o cenar (antes o después) en cualquiera de los restaurantes de alrededor de la Plaza de los Cubos. Por ese motivo, me viene a la cabeza una canción. Es el baile entre Mia y Sebastián dentro del Observatorio de los Ángeles de una de mis películas preferidas, un homenaje a "Rebelde sin causa", de Nicholas Ray, con James Dean y Natalie Wood.
Después de todo siempre he tenido mucho de rebelde sin causa:
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