Miraflores de la sierra es uno de los pueblos que más me gustan de Madrid. Ahí tenía su casa de verano Vicente Aleixandre, uno de los poetas esenciales de la literatura española. Ahí suceden algunas de las escenas de mi novela "La paz de febrero". Ahí me tomé ayer un café después de pasear por sus calles, como lo hacen José y Elena (José Sacristán y Fiorella Faltoyano), los protagonistas de la primera película de José Luis Garci "Asignatura pendiente" (1977), mientras canta el Dúo Dinámico (las dos primeras fotos son de esa película y las otras dos las hice ayer, comparando el olmo centenario del que habló Aleixandre en un poema y aparece en la película, y la réplica de bronce después de que se secara):
José y Elena habían sido novios de jóvenes, y se encuentran años después en el centro de Madrid y vuelven a enamorarse, pero ahora los dos están casados. Su "clandestina" historia de amor se incluye dentro del momento histórico que vive España, los últimos años del franquismo y los comienzos de la Transición. Antes de ayer llegué a ella a partir de un cúmulo de casualidades. Escuchaba un programa de radio dedicado a Mikis Theodorakis, el compositor griego que ha muerto recientemente, del que ya he hablado hace poco por aquí a propósito de "Zorba el griego", cuando el locutor dijo que la música de la canción "Luna de miel" era suya. Con esta termina la película, en una escena con los dos personajes hablando en la cocina, como también me gusta hacer a mí. La letra era de Rafael de Penagos. Su estreno me cogió siendo adolescente y la vi muchos años después en la televisión. Desde entonces la he considerado como una suerte de testimonio histórico de este país, de las calles de Madrid, de los coches de la época y la manera de ser y vestir de la gente, de los movimientos sindicales y políticos, y a la vez de la "mala educación" recibida, como diría Almodóvar en otra película que me interesa (lo hacen todas sus películas, que tambien reflejan partes interesantes de España), y la represión de los españoles, sobre todo respecto de la educación sexual. Y ya que continúo escribiendo mi libro sobre el cine, la literatura y mi propia vida -que combina el ensayo con la ficción y la realidad-, creo que no podía faltar una página dedicada a esta película de Garci. Cuando hablo a mis alumnos de Franco, la Transición política y aquellos 40 años oscuros y perdidos, me miran con asombro e incredulidad, como si les pareciera imposible, pero aun así no debemos olvidarnos de ello (aunque solo sea para no volverlos a repetir).
La vida debería ser una luna de miel perpetua, aunque no les guste a los fascistas, a los homófobos, a los xenófobos, a los machistas, a los amargados:
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