El otro día estaba impartiendo la clase del máster que doy este mes sobre "Geoestrategia y Geopolítica", en la Universidad Pontificia de Comillas, y miré la hora. Entonces me fijé en los edificios de la Plaza de España a un lado de la ventana y saqué la fotografía. La mayoría de los alumnos son de la Universidad Carlos III y algunos vienen de Valencia y Castellón. Eran 5 horas seguidas de clase, y les hablé del Universo y de la energía, denominador común de todos los bienes. El Universo no estalla gracias a cuatro fuerzas complementarias, la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Las dos fuentes de energía son los flujos renovables, originados en los recursos renovables, y los depósitos o stocks limitados. Además cualquier transformación energética (mecánica, calorífica, eléctrica, química, solar o nuclear) supone una degradación, desorganización o desestructuración, que es lo que se llama "entropía". La cuestión del deterioro del Medio Ambiente no solo tiene efectos éticos, sino estéticos. Y lo relacioné con las investigaciones de Dante, Da Vinci y Miguel Ángel. Alguos alumnos mostraron su escepticismo ante la importancia que concedía a lo estético. Después del descanso de las 18.15 de la fotografía, uno de aquellos alumnos con los que más había "discutido" aseguró que nunca había tenido a un profesor que fuera "tan completo", capaz de relacionarlo todo, las matemáticas y la historia, la física, el arte y la literatura, y que te hiciera pensar y discutir. Ante esta avalancha de piropos, le dije que la Universidad está para eso, para hablar, pensar y discutir.
Espero que nadie piense que soy narcisista, jeje, aunque tampoco me importa demasiado, la verdad. Mientras me tomo el primer café de este caluroso sábado de primavera escucho una ópera cómica posmoderna de Raquel García-Tomás, de la que hablé esta semana (se encuentra en la segunda fotografía). Se estrenó justo antes de la pandemia con 11 músicos, 4 cantantes y toneladas de talento en el Teatro Español de la Plaza Santa Ana es una producción de ese teatro junto al Real y el Lliure de Barcelona. En cierto momento la acumulación de palabras es tal que evocan los textos de "Las tetas de Tiresias", de Apollinaire, que convirtió en ópera Francis Poulenc en 1917.
Este es un extracto de la ópera:
¿Las redes sociales se han convertido en el río de Narciso? En esta entrevista se lo preguntan a Raquel García-Tomás, y ella demuestra que, además de gran compositora, es inteligente:
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