El otro día mi hijo me regaló "La sombra del ciprés es alargada", una novela de 1947 que no había leído, aunque parezca mentira. Ahí veo cosas de Baroja, de Clarín, de Galdós, lo cual es sinónimo de buena literatura. En la fotografía estoy leyendo en el Ágora, un café que es galería de arte y que está situado en una plaza que se llama Pérez Galdós. Son miles de años de fiestas y encuentros entre filósofos, científicos, escritores y los que querían discutir sobre las preguntas que hoy aún nos siguen preocupando. ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál debería ser nuestro comportamiento? El ágora también fue un lugar para las asambleas, los tribunales, la creación de derechos, y tuvo un papel importante en la convivencia armónica de una sociedad ordenada. Es un lugar que me gusta para tomar un té con leche cuando viajo hasta aquí. Me gustan los ideales griegos de armonía, equilibrio y belleza. Me gusta que desde el interior del Café venga una música como esta:
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