Ayer murió Isabel II, la reina de Inglaterra, tras 70 años de reinado, y casualmente estuve comiendo al lado de la Plaza de otra Isabel II, la reina de España a lo largo de 35 años, en concreto en la Taberna del Alabardero, en un costado del Real. Mis ideas son progresistas, no leo la prensa del corazón y no veo la TV. Eso no significa que no haya estado en fiestas de la jetset y la monarquía, pero por simple curiosidad. Mi mundo está tan lejos de ese mundo como Madrid del desierto de Gobi. Ayer, entre las siete horas seguidas de un máster que impartí y otra reunión sobre otro máster que tengo que impartir el año que viene, saqué una hora (en realidad tres cuartos de hora) para comer con las tertulianas del "Café Gijón" Almudena Mestre y Albertina Oria de Rueda. La primera realizó un Máster de Estudios Literarios en la Complutense, que puso en pie el catedrático Javier del Prado, tras conocerme y saber que yo también lo había hecho, y la segunda lo hace ahora, y quería agradecérnoslo invitándonos a comer. Nada más terminar con un exquisito solomillo, me levanté de la mesa y me subí a un taxi que, por cierto, llevaba una música de fondo que me gusta mucho.
Por la tarde, Almudena me envió la segunda foto, de ellas dos, junto al viejo puesto de libros de San Ginés.
Y ahora me voy a hablar con mis alumnos del máster sobre la vida, el futuro y esas cosas. La música que escuchaba el taxista es esta preciosidad. Se la dedico a Javier del Prado; sé que la Buniatishvili (en la tercera foto) le vuelve loco:
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