Ayer recordaba a mis alumnos los conceptos de ciencia y de teoría, además de teoremas y modelos para referirme al método científico. Y surgieron así estos términos de la Lógica: silogismo, tautología y falacia. Borges es el escritor infinito y "El Aleph" quizá sea su mayor libro. Teniendo en cuenta que considero a Borges el mayor escritor en español desde Cervantes (junto a Lope, Galdós y Valle-Inclán), "El Aleph" sería uno de los grandes libros de nuestra literatura, con sus 18 relatos. García Márquez, Vargas Llosa, John Banville, Michel Houellebecq y tantos otros escritores contemporáneos piensan lo mismo que yo. Esos cuentos son un prodigio de puzzles filosóficos, intrigas fantásticas o policíacas y personajes que se graban en la memoria, como "Emma Zunz". "El inmortal" explora el efecto que la inmortalidad causaría en los hombres, "Los teólogos" es un sueño melancólico relativo a la identidad personal, "La otra muerte", una fantasía sobre el tiempo. "El Aleph" aborda un tema recurrente en la literatura de Borges, el "infinito". De la misma manera puede leerse como una historia de amor con un inicio realmente inolvidable: "La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita".
Hace unos meses dedicamos una tertulia por Zoom a "El Aleph" y hoy lo haremos a "El inmortal" en el Café de Casa Manolo (18.30). En la última tertulia hablamos de la obra de Virginia Woolf y quizá por eso, mientras me tomo un café, me viene a la cabeza la música que el alemán Max Richter compuso para su novela "Las olas", que no he dejado de escuchar en los últimos días, casi como si las olas mecieran una y otra vez mi cerebro de uno a otro lado.
Hoy es martes y, pensándolo bien, no hay mayor inmortalidad que la del arte y la del mar:
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