Ayer por la mañana hacía mucho frío para estar de paseo y me metí en el Metro con la intención de entrar en calor. Llegué a la estación de Lavapiés casi sin darme cuente, me bajé y me dirigí hacia una cafetería donde hacen unos churros que me gustan. Antes de llegar vi en una esquina a un viejo que tocaba la guitarra a pesar de estar aterido. Me detuve unos instantes a unos metros de él y reconocí la canción. El cantante y compositor de country Willie Nelson saltó a la fama a finales de los 60 y contribuyó al género "outlaw country", que desafió el conservadurismo de la industria musical de Nashville. Siempre me ha gustado la gente que hace avanzar a la sociedad y no es conservadora. Durante su larga carrera, Nelson ha escrito algunas de las canciones country más populares y memorables de todos los tiempos, muchas de las cuales han sido interpretadas por una gran cantidad de artistas durante el último medio siglo. Nelson, nació el 29 de abril de 1933 en Abbott, Texas, y continúa grabando canciones, haciendo giras y dedicando tiempo a causas caritativas y políticas. Eché un euro sobre la funda de la guitarra del viejo y me dirigí hacia la cafetería.
Me tomo el primer café del sábado, abro Wasap y me encuentro con uno del escritor tinerfeño Javier De la Rosa, que acaba de leer mi último libro y ha querido escribirme unas líneas llenas de afecto y amistad:
"Un hombre que se parecía a Al Pacino. Remember en los cuentos del vivir en el mundo y la amistad del escritor que cultiva a manos llenas. El mejor "descriptor paseador" de parques y bosques, lírico en su Madrid que compara con Roma o París, pero que es más su Madrid, nuestro Madrid, bellísimo en cada paso que él invita en la locura del verdadero artista que liberta a las diosas y las ama en los "cinema paradisos" y les inculca la fe del arte literario, recoge las hogazas del pan de la mesa de los señores y les enseña la lengua a los políticos y a la sociedad que obliga y plúmbea aplasta al pobre, pero Justo Sotelo orquesta a Mahler y lo disfruta en calzón corto y sandalias cruzadas en la terraza de su casa escribiendo en todas las paredes su cátedra universal que no es otra que derivar hacia la economía del espíritu en un ahorro llamado: Amar".
Llueve sobre Madrid, canta Willie Nelson y pienso que no sé hacer otra cosa que cantar la vida, la mía y la de los demás, la de todos, como Rick Blaine en Casablanca, como en esta foto que me saqué ayer frente a un local al lado de la Gran Vía:
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