Son palabras que me escribió ayer por aquí la madrileña / alemana Rosa Vidal Vicen, mientras me tomaba un café de máquina (aunque muy rico, con sabor a vainilla) en la quinta planta de mi Facultad en un descanso entre clase y clase. No recuerdo en qué momento me fijé en Rosa en este medio; quizá fuera cuando me dio por compartir una canción de Julio Iglesias, ya que alguien me había dicho que yo era un poco truhán, dentro de ser un señor, quizá una ex alumna que me cogió cariño y era la hija de un cónsul de algún país que no voy a mencionar. Mi alumna era inteligente, guapa y rica. Rosa me regaló una fotografía que se había sacado con Julio Iglesias, y la verdad es que estas cosas me parecen divertidas y entrañables. Después vino alguna vez a la tertulia cuando estaba en España y la hacíamos en el Gijón (algo que me estuvo pidiendo durante años otro ex alumno, dueño de este Café, y yo siempre le daba largas porque me apetecía seguir haciendo las tertulias en Malasaña, en el local de Mariwan Shall). A menudo Rosa se conecta desde Stuttgart a la tertulia virtual de los martes.
¿Soy un truhán, soy un señor?
Obviamente, yo también amo la vida y amo el amor, y soy bastante bohemio y soñador.
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