Paseando por Madrid un 2 de enero puedes ver que en el teatro de la Comedia se está representando "Numancia", una de las obras de teatro de Cervantes, escrita entre 1582 y 1585. Te detienes frente a las Cuevas de Sésamo, el lugar donde empezaste tus tertulias, y te tomas un café en la Plaza de Canalejas, en el Café Príncipe. A la vez que mueves la cucharilla dentro de la taza recuerdas que viste esta obra hace algunos años. Cervantes no siguió las "reglas" del teatro de Lope de Vega, sino del estilo dramático neo senequista de Juan de la Cueva, Virués y Argensola. Realmente, él siempre quiso ser un autor de teatro con el éxito de Lope de Vega, pero en cambio debió conformarse con escribir el Quijote y convertirse en el escritor más importante de la literatura española. La obra trata del suicidio de los habitantes de Numancia, ciudad cercada por las legiones romanas de Escipión Emiliano en el año 133 a.C., que prefirió inmolarse antes que aceptar la rendición. (Este lugar se encuentra, por cierto, en las tierras de un buen amigo, Amalio de Marichalar, conde de Ripalda, al que he invitado en varias ocasiones a la tertulia para hablar de su historia y también he dado clase a sus hijas). Después de participar en la batalla de Lepanto (1571) y estar 5 años preso en Argel volvió a España a los 33 años sin oficio ni beneficio. Tras una corta misión en Oran (1581) y un tiempo en Lisboa probó fortuna en el ambiente literario de Madrid, donde tuvo buenas relaciones con los poetas más destacados. Simultáneamente, siguió de cerca la evolución del teatro, con el nacimiento de los corrales, y se empapó en las obras de los autores que he mencionado antes. De estos años además de "Numancia" únicamente se conserva "El trato de Argel". El año 1584 supuso un giro importante en su vida porque tuvo una hija natural, Isabel, fruto de sus relaciones con Ana Franca en Madrid, y se casó con Catalina de Salazar y se estableció en Esquivias. Entre los años 1587 y 1594 desempeñó el puesto de comisario de suministros de las galeras del rey, y recaudó víveres en Andalucía destinados a la expedición naval contra Inglaterra. El año 1594 asumió el cargo de agente del fisco en Granada y su provincia. Esta etapa de su vida terminó en la cárcel de Sevilla (1597-98), donde parece que surgió la idea de escribir El Quijote.
Y yo terminé el café y mi mente regresó a Sésamo y a la figura del pianista, Manolo, que siempre que me veía bajar las escaleras me sonreía y tocaba para mí tres canciones, "Ne me quitte pas", "Moon river" y "As Time Goes By", esta porque decía que yo le recordaba a Bogart. Seguro que Cervantes también hubiera querido que Sam y Sinatra le cantaran esta canción alguna vez:
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