Ayer encontré una rosa roja en el jardín. Había llovido hacía poco y la tierra estaba mojada. Entonces pensé en el conocido verso de Gertrude Stein, aquella mecenas de los escritores norteamericanos de la Generación perdida, en París: "Rosa es una rosa es una rosa es una rosa", del poema "Sagrada Emilia". Con él alude al "Romeo y Julieta" de Shakespeare en el sentido de que la rosa nunca dejará de ser rosa y de esparcir su aroma, aunque se llame de otro modo. Y, por supuesto, que referirse a Gertrude Stein y aquel París de los años 20 del siglo pasado es hacerlo de "Medianoche en París", de Woody Allen, con Hemingway, Picasso, Man Ray, Buñuel, Dalí, Djuna Barnes, Cole Porter o Zelda y Scott Fitzgerald.
Como dice la chica en un momento de la película: "Me enamoré de tu libro".
Y qué más necesita escuchar un escritor, además de tener una rosa roja a su izquierda en la fotografía:
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