sábado, 8 de enero de 2022

"Despidiendo la Navidad desde Girona".

No es que haya estado estos dias en esta ciudad tan bella, pero mi amiga íntima Silvia López me envió este pequeño video el otro día, de medio minuto, sobre el puente Eiffel. También se conoce como puente de les Peixateries Velles o de Palanques Vermelles. Es una construcción de color rojo sobre el río Onyar. Desde ahí se ve, entre otras cosas, la hermosa Catedral, situada en el Call judío y el paseo romántico o de las murallas, uno de los lugares que más me gustan de España. He estado muchas veces en Girona, desde que mi padre me contó su exilio siendo un adolescente en Francia tras la Guerra Civil, a través de Portbou, el último pueblo de la línea de tren antes de la frontera. Por eso estos escenarios son esenciales en la novela que escribí para mi padre, "Entrevías mon amour" (2009, Bartleby). Y en Portbou he pasado varios veranos, me he bañado en su cala nudista de aguas verdes y cristalinas, parecidas a las de Mallorca, y también intenté escribir una novela mezclando la Torá, el Call judío y una imposible historia de amor, pero no me salió a lo largo de tres o cuatro años. Mi problema como escritor es que todas las historias de amor que se me ocurren terminan bien, como las de verdad, qué le voy a hacer.
 

El post podría terminar aquí (con el video de Silvia, donde aparece su hermana Miriam, otra chica muy maja), pero recuerdo que una vez también llegué a bailar una sardana en Portbou, como la de este otro video, con diferentes lugares de Portbou, y comí butifarra blanca y pantumaca. 
 
La vida solo hay que bailarla y comérsela:
 

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