lunes, 17 de mayo de 2021

"Un viaje por Rumanía".

"Me recuerdas a un escritor al que admiro mucho, Panait Istrati, que solía llevar al lector de la mano en sus viajes literarios, y lo convertía en testigo de su vida. Justo, viajar contigo es como viajar con un "peregrino" del corazón". 

Me dijo ayer por aquí la escritora rumana Diana Kofszynsky. 

Panait Istrati nació en Braila, ciudad portuaria del Danubio, en 1884. Hijo natural de una lavandera rumana y un contrabandista griego, tan solo asistió a la escuela durante cuatro años y llevó a cabo todo tipo de trabajos para ganarse la vida. Su espíritu aventurero le llevó a viajar hasta Oriente Medio en 1906 sin dinero y pasaporte. El año 1921, tras instalarse en Francia, y desesperado por la tuberculosis, la pobreza y la muerte de su madre, intentó suicidarse. Lo hallaron agonizante con una carta dirigida al escritor Romain Rolland, quien le ayudaría a convertirse en el "Gorki de los Balcanes". Invitado en 1927 a la Unión Soviética, su crítica feroz a las colectivizaciones le costó el rechazo de los intelectuales franceses, por lo que decidió volver a Rumanía, donde murió en 1935. Sus obras más conocidas son "Kyra Kyralina" y "El tío Anghel" . Como señala Claudio Magris en "El Danubio", Panait Istrati es el poeta de la promiscuidad y de la ambivalencia de Oriente. 

Seguro que Istrati escucharía la música de Georg Enescu (Liveni, 1881-París, 1955), el más célebre compositor de Rumanía. Me tomo el primer café de esta mañana escuchando su "Rapsodia Rumana nº 1" en una espléndida versión de Antal Dorati y la Orquesta Sinfónica de Londres mientras aprovecho para darme una vuelta por el país de Diana buscando el parecido entre Istrati y yo. Está claro que me gusta que mis amigos me aporten nuevas ideas para la reflexión, además de decirme lo guapo que soy y lo bien que escribo:  

https://www.youtube.com/watch?v=DdgRjFSR_oM

 




 

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