jueves, 6 de mayo de 2021

"Sobre la intolerancia".

Una característica del ser humano que no deja de sorprenderme es su deseo ancestral de querer imponer sus ideas a los demás, tanto políticas como religiosas o sexuales.

"Un monstruo en mi puerta" es otra excelente película, en este caso de Corea del Sur, que me encontré un día en el canal Sundance TV. A todos los que nos gusta el cine diferente nos gustó la película de Corea del Sur "Parásitos" (2019), de Bong-Joon ho, que arrasó en los lugares donde se proyectó. Aún no había visto "Un monstruo en mi puerta", de 2016, la primera película de July Jung, que también ha ganado premios en varios festivales. July Jung (Namyang, 1980) estudió en la Universidad Nacional de Artes de Corea, y es escritora y directora de cine. Su película aborda esa intolerancia a la que me he referido y los efectos que puede originar en los demás, ya que la joven policía Young-nam (Doona Bae, en la fotografía) es obligada a trasladarse desde la capital a una pequeña localidad costera porque es homosexual. Ya en su primer día en esta aldea se encuentra con Do-hee (Kim Sae-ron, también en la foto), una joven melancólica de carácter difícil, a la que tendrá que cuidar cuando su abuela, que la maltrata e insulta continuamente aparezca muerta y ella se quede a cargo de su padre alcohólico y también maltratador. Años antes su madre la había abandonado. La policía decide así proteger a la niña y se la lleva a su casa, pero no tardará demasiado en descubrir que, bajo su ingenua apariencia, existe un complejo mundo interior que la obligará a volver a justificar su comportamiento ante los demás y su propia inclinación sexual.
Este es el trailer en español:
 
La protagonista se pasa la película mirando, observando, intentando entender lo que ocurre, algo que trasciende a la historia que se nos cuenta y que a mí me interesa como escritor. Y ahora me olvido por unos instantes de la película, me tomo el primer café de la mañana y me pregunto por qué la gente no puede acostarse con quien le dé la gana, y actuar desde la libertad y la independencia sin tener que justificarse. Me resulta curioso que siempre aparezcan los demás para decir qué tenemos que hacer, qué normas seguir y cual debe ser nuestro comportamiento.
 
¿Es que nadie quiere ser libre y vivir su propia vida?
 

 

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